El renacimiento de Sandra Cisneros

La escritora y poeta chicana originaria de Chicago presentará su poemario, ‘Mujer sin vergüenza’, el primero que escribe en 28 años, en el Field Museum.

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Sandra Cisneros se aventuró a escribir sus primeros poemas en español y reencontrarse con su linaje e historia familiar.

Cortesía/Keith Dannemiller

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Si lo que está viviendo actualmente Sandra Cisneros fuera parte de un capítulo de su autobiografía, sería un capítulo fuerte, impactante, gratificante, que describiera uno de los momentos más importantes de su vida.

La escritora, poeta, artista y activista chicana y originaria de Chicago, una de las voces más importantes y reconocidas de la literatura chicana ha regresado a su primer amor, a su base —la poesía— con el lanzamiento de su poemario “Mujer sin vergüenza”.

Este es el primer poemario que presenta en 28 años, publicado en español y con el que regresa a Chicago para presentarlo este 22 de noviembre y donde el mes pasado también fue premiada por la Poetry Foundation Pegasus Awards que se celebraron en Chicago y cuyo reconocimiento define como “un abrazo” de sus colegas poetas.

“Estoy viviendo un momento autobiográfico fuerte en este viaje”, contó Cisneros en conversación con La Voz.

A sus 67 años dice estar en un “renacimiento espiritual”. Radicada desde hace 10 años en San Miguel Allende, Guanajuato (México), regresar a Chicago siempre le representa enfrentarse con el origen, con el miedo, con las batallas personales, pero la reafirma.

Regresar a Chicago, “su pueblo natal”, como le dice, lo compara con subirse al cuadrilátero de la lucha libre, a enfrentarse máscara contra cabellera. “Esta ciudad me quiso matar”, dijo en sentido figurado, en referencia a silenciar su identidad, su voz. 

“En Chicago batallé mucho para inventarme a mí misma, batallé con mis padres, en especial con mi padre, batallé por dinero, conmigo, con mis miedos, con las dudas, con la sociedad. Busqué mi propio camino. Cuando eres la única y no tienes modelos a seguir, siempre batallas,” dijo Cisneros. 

“Me da ánimo ahora encontrarme con otras escritoras como Erika L. Sánchez (“Llorando en el baño”) y compartir y leer mis poemas en español”, agregó. 

Reencontrarse con Sánchez, dijo, le da ánimos porque la considera parte de su linaje de escritoras. “Así como Elenita (Poniatowska) me abrió el paso, yo también lo hago. Tenemos nuestros antepasados literarios y nuestros descendientes literarios”.

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Portada de “Mujer sin vergüenza”.

Cortesía

Y resulta más especial porque el poemario, “Mujer sin vergüenza”, se leerá en español. Sandra escribió la mayoría de los poemas en inglés y fueron traducidos por Liliana Valenzuela, quien también es escritora y amiga de Cisneros, y quien ya había traducido su libro, “Puro amor”, que presentó también en Chicago, en 2018. 

“Tengo que decir que Liliana Valenzuela pudo hacerlo porque ella es poeta, porque me conoce desde hace 30 años, sabe mi historia, sabe mi letra”, compartió. Lo cual es cierto porque en la traducción está presente la voz de Cisneros y no pierde su esencia.

También, Cisneros se aventuró a escribir sus primeros poemas en español y reencontrarse con su linaje e historia familiar. Sus abuelos emigraron a EE.UU. hace más de 100 años, huyendo de la Revolución Mexicana y, hace más de diez años, ella emigró a México para encontrarse con su propia revolución. “Todo esto es mi trayectoria, una que comenzó con mis abuelos hace 100 años”.

“Así me llegaron los poemas en español. Como ahora vivo en México, ya no llego como turista, como pariente. Como ahora veo a México es muy distinto a los turistas. Tengo un pie en cada país y no quepo en ninguno, pero veo cosas de los dos”, reveló. “Ves cosas que te inspiran, cosas fuertes, ves algo que te impulsa a escribir. En México, tienes que escribir poesía porque si no te mareas con tanta cosa que pasa”.

En este poemario, Sandra se desnuda en alma, comparte sus miedos, sus anhelos y deseos, como una verdadera “Mujer sin vergüenza”. Se descubre, se redescubre, se reinventa, renace. 

“Una mujer sinvergüenza es una mujer juzgada; a la ‘Mujer sin vergüenza’ no le importa lo que diga ni la iglesia, ni el Papa, ni su papá, ni la sociedad que le impone, ella es quien es a cualquier edad. A las mujeres de mi edad nos van dejando invisibles. Pero eso es culpa de nosotras que aceptamos esa invisibilidad. Como mujeres, hay que abrir ‘el hocico’, hay que escribir poesía, gritar, bailar, vestirnos como nos dé la gana. Hay que inventarnos a nosotras mismas. Como decía Rosario Castellanos, ‘hay que ver otro modo de ser’”, acotó.

Escribir poesía para ella es una de las cosas más privadas, un proceso de limpia, de comienzo, de borrar, tirar, dejar a un lado y regresar a escribir. De ahí que el poemario salga hasta ahora. 

“Es algo muy privado, pero escribir poesía es necesario —pero no es necesario que sea publicada. Hay cosas muy fuertes que uno no sabe si publicar. Se debe escribir poesía para limpiar el corazón, para sanarnos, para levantarnos, para sobrevivir la vida, publicarla ya es otra cosa”, aseguró.

En este caso, el poemario de “Mujer sin vergüenza” es como un manual de instrucciones y de sobrevivencia e inspiración para otras mujeres o a quienes estén interesados en su escritura.

“Cuando uno escribe poesía es como ir con un papalote corriendo; si tienes suerte, el viento lo levanta y te levanta también y te lleva a las nubes. Algunos poemas se atoraron, pero estos —los del libro— son los que me llevan a las nubes”.

Estar entre dos idiomas, dos países, dos identidades, antes la hacían sentirse como un anfibio. Ahora, dice que ha mutado y se ha convertido en un alebrije, esa criatura fantástica creación del cartonero mexicano Pedro Linares López.

Es colorida, es diferente, es divertida, mística. “Ahora tengo alas, puedo viajar y volar. Este año fui a Estambul, iré a Italia y a Colombia el año que entra. Me gusta esta identidad de los alebrijes, ser un poco dragón, pájaro, pantera. Ya con el contacto que tiene el globo con la cultura internacional, tenemos que hacernos alebrijes para sobrevivir y ver otras cosas, tener otras perspectivas”.

A la par de su recorrido con este poemario, continúa escribiendo tanto prosa como poesía. Está trabajando en la adaptación de su obra célebre, “La casa en Mango St.” para que sea una ópera y se está produciendo también la serie de televisión.

“Esperamos que se venda, todo es un proceso”, dijo, “Yo también estoy en proceso, me siento muy joven a mis 67 años, casi 68. Hay mucho por lograr, le voy a echar ganas y tengo que aprender más de mi espiritualidad. Creo que por eso la Divina Providencia me llevó a México”, compartió.

Y en su andar, en su camino, comparte que uno debe aprender de lo que se pierde, soltar para que lleguen cosas nuevas y que lo que a veces parece un desastre resulta ser una bendición.

“A estas alturas veo un patrón muy bonito en mi vida. Ahora que lo veo con el paso de los años, es un diseño muy bonito que me está animando a crear y a aceptar. Ojalá también me permita ser más sabia y lo más importante, que me permita escribir poesía porque es la que me sana el alma”, reflexionó.

Sandra Cisneros se presenta el 22 de noviembre de 6:30 a 8 p.m. en el Field Museum, 1400 S. Lake Shore Dr. Leerá poemas y en dicha actividad estará con la escritora Erika L. Sánchez en español. Después sostendrá una conversación con el poeta oriundo de Pilsen, Carlos Cumpián. El evento es presentado por el Museo Nacional de Arte Mexicano en colaboración con el Field Museum. Las entradas ya están agotadas.

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