La Navidad es muy diferente este año para los cientos de inmigrantes sudamericanos que asistieron a la fiesta del lunes en un refugio del Salvation Army en Humboldt Park.
Muchos llegaron desde Venezuela y Colombia a la frontera entre Texas y México y fueron trasladados a Chicago por el gobernador de Texas, Greg Abbott. Ahora luchan por pagar el alquiler y poner comida en la mesa para sus hijos pequeños.
Ellyn Harris, portavoz del Salvation Army, dijo que la fiesta era sólo otra manera de “ayudar a las personas necesitadas — dondequiera que estén.”
Orlanis López y su hijo de 7 años, Fabián, al igual que muchos de los asistentes a la fiesta, son residentes del centro Shield of Hope del Salvation Army en 825 N. Christiana Ave., el lugar del evento.
López dijo que una de las principales razones por las que dejó Caracas, Venezuela, fue por Fabián, que tiene síndrome de Down.
“Hubieron muchas trabas para poder nosotros venir acá y brindarle otra calidad de vida a mi hijo por lo de su condición,” dijo López. “Aquí, pues él tiene todas las oportunidades y los derechos de ir a un colegio como cualquier otro niño.”
“Este evento es como una bienvenida para nosotros. Y me siento como agradecida. Y por otro lado, pues estas Navidades serán muy tristes.” López extrañará a sus padres en su país.
“La verdad es que es difícil estar lejos de la familia, de tus padres, de tus raíces, de tu tierra. De extrañar tú tus cosas. No es fácil adaptarse. No es fácil tampoco empezar de cero. No es fácil, pero tampoco imposible. Y aquí estamos.”
Gracias a una donación de $5,000 de los Chicago Bears, los asistentes a la fiesta compartieron una comida en el gimnasio del Salvation Army. Incluso recibieron una sorpresa con la visita del linebacker Matt Adams, que posó para las fotos con los fans.
“Es genial venir y saber que mi presencia les trae alegría y ver a todo tipo de familias reunidas bajo un mismo techo”, dijo Adams al Sun-Times. “Hay mucha gente hermosa aquí hoy”.
Tras llenarse de comida, los invitados cantaron villancicos en español y rezaron una oración dirigida por el Capitán del Salvation Army Pedro Arias. A continuación, niños de todas las edades hicieron cola para recibir regalos donados por la comunidad.
Adriana y Freddy, que optaron por no compartir sus apellidos con el Sun-Times, asistieron a la fiesta con su hija Valeria, de 11 meses. Llegaron a Chicago procedentes de Colombia hace menos de un mes, el 24 de noviembre.
“Aquí en Chicago están muy, muy amables, y apoyan a los migrantes,” dijo Freddy.
Pero para Freddy y su esposa, las Navidades de este año no van a ser felices. Por encima de todo, están experimentando mucha “incertidumbre” sobre sus vidas en este momento.
“Agradecemos [todo], pero internamente nos da nostalgia porque sabemos que atrás quedó nuestra familia y por más que sea, no va a ser lo mismo unas fiestas sin estar al lado de las personas con las que uno crece.”