Juanita Irizarry se enfrentó a Rahm Emanuel, y no solo sobrevivió bajo uno de los políticos más implacables del país, sino que ayudó a derrotar y avergonzar al ex alcalde.
Emanuel estaba tan furioso por la batalla legal liderada por Irizarry que obligó a George Lucas, el magnate del cine de “Star Wars”, a cancelar sus planes de construir un museo de $743 millones en 17 acres de zonas verdes frente al lago. Él burlonamente llamó a su grupo los “Amigos del Estacionamiento” en lugar de su nombre propio, Amigos de los Parques (Friends of the Parks, en inglés).
El martes, Irizarry anunció que dejará su puesto de ocho años como directora ejecutiva de Amigos de los Parques el 31 de diciembre.
“La organización está entrando en un período de planificación estratégica y no me veía aquí a largo plazo. Friends of the Parks celebrará su 50 aniversario en 2025. Realmente es un momento emocionante para que la organización considere cómo quiere posicionarse durante los próximos 50 años. Parecía que era hora de pasar el relevo [a alguien más]”, le dijo Irizarry al Sun-Times.
A semanas de cumplir 55 años, Irizarry se negó a revelar su próximo proyecto y solo dijo que implica encontrar algún otro “buen problema” en qué meterse.
La referencia de los “buenos problemas” fue una de las expresiones y gritos de batalla favoritos del fallecido representante estadounidense John Lewis, un defensor de los derechos civiles.
Irizarry considera que la batalla de dos años que llevó a Lucas a construir su museo interactivo en Los Ángeles fue “un buen problema”.
Cuando lo terminó, ella afirmó que Chicago perdió el museo porque Lucas quería hacer lo que él quería, y Emanuel se lo permitió dándole la “falsa expectativa” de que el Ayuntamiento le entregaría el sitio “ilegal” frente al lago.
Aunque el museo ahora está prosperando, Irizarry no se arrepiente.
“La orilla del lago de Chicago pertenece a la gente y estoy muy orgulloso de mi papel para ayudar a proteger la orilla del lago de Chicago del desarrollo [inmobiliario]”, dijo Irizarry.
“George Lucas optó por construir en un terreno cubierto por la doctrina del fideicomiso público y que le pertenece al pueblo, no a intereses privados. Por eso fracasó. Pudo construirlo en algún lugar apropiado y decidió no hacerlo”, dijo.
Cuando se le preguntó sobre los desafíos que enfrentan los parques de Chicago y la organización sin fines de lucro encargada de proteger los espacios abiertos, Irizarry habló sobre la crisis migratoria que ha obligado a la Municipalidad a utilizar casas de campo de los parques de Chicago como vivienda de emergencia para solicitantes de asilo.
“La pregunta que Amigos de los Parques recibe con más frecuencia estos días es cómo tratar con los migrantes y los vecinos sin vivienda que viven en los parques. Eso será una gran parte del enfoque en el futuro”, dijo.
“El simple hecho de intentar desocupar los parques no proporciona una solución real a una crisis humanitaria. Estamos buscando soluciones que garanticen que los habitantes de Chicago, vecinos comunes, puedan utilizar los parques y la programación de parques que todos esperamos tener y, al mismo tiempo, que Chicago pueda lidiar con la crisis humanitaria de una manera humana”.
Irizarry enfatizó que sus comentarios no deben verse como una “crítica” del manejo de la crisis que heredó el alcalde Brandon Johnson.
“Ésta es una cuestión complicada de política que requiere soluciones creativas y continuas. La política de vivienda tiene que dar resultados. La política de inmigración y migración tiene que dar resultados. No es simplemente una cuestión de la política de los parques”, dijo.
Irizarry dijo que lo que más lamenta es no estar presente para ver una resolución de la demanda que Amigos de los Parques presentó en marzo.
Su objetivo es impedir que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. expanda el vertedero de deshechos en la desembocadura del Río Calumet en el lado extremo sureste de Chicago.
“Se suponía que se entregaría al distrito de parques para que fuera una extensión del parque hace un par de décadas, y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército propuso recientemente continuar la vida de ese vertedero, que se suponía estaría cerrado y tapado para 2022”, dijo Irizarry.
“Me encantaría lograrlo, pero no me veo quedándome el tiempo suficiente para que eso suceda”, dijo.
Otra tarea pendiente es el plan para reinventar el Campus de los Museos, recuperar zonas verdes y hacer de Northerly Island la reserva natural que debería ser, con o sin los Bears.
Ya sea que el equipo de fútbol permanezca o no en el estadio frente al lago, no debería haber “ampliación del Soldier Field para el desarrollo comercial”, dijo.
“Seguimos de acuerdo con los objetivos del plan para hacer más verde esa área y alentar a la Municipalidad a usar el Soldier Field para más eventos que generen ingresos dentro del estadio, como conciertos, en caso de que los Bears se vayan”, dijo.